El 14 de noviembre, en todo el mundo, se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, una fecha clave para concienciar sobre esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el planeta. En España, la diabetes es un problema de salud pública creciente, con más de 6 millones de personas diagnosticadas, según la Sociedad Española de Diabetes (SED). En este contexto, uno de los pilares para el control y manejo de la diabetes es la actividad física. El ejercicio regular no solo ayuda a mantener niveles adecuados de glucosa en sangre, sino que también ofrece numerosos beneficios en la prevención y tratamiento de esta patología.
Deporte y diabetes: una relación fundamental
La diabetes tipo 2, que representa el 90% de los casos, es una enfermedad crónica que afecta la forma en que el cuerpo procesa el azúcar (glucosa). La falta de actividad física y una mala alimentación son factores clave en su aparición y desarrollo. Según la Fundación para la Diabetes, el ejercicio físico regular mejora la sensibilidad a la insulina, lo que permite a las células utilizar la glucosa de manera más eficiente, reduciendo así los niveles de azúcar en sangre.
Por su parte, la diabetes tipo 1, aunque se trata de una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo no produce insulina, también se beneficia del ejercicio. Un estudio de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) señala que, en este caso, la actividad física regular contribuye a una mayor estabilidad en los niveles de glucosa, además de mejorar la salud cardiovascular y el bienestar general de los pacientes.
Beneficios del ejercicio en el control de la diabetes
El ejercicio físico tiene efectos directos y comprobados sobre la diabetes, como destacan los estudios de la Asociación Americana de Diabetes (ADA). Entre los principales beneficios se encuentran:
Mejora de la sensibilidad a la insulina: El ejercicio hace que las células del cuerpo sean más sensibles a la insulina, lo que favorece la entrada de glucosa en ellas y ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre.
Reducción de la glucosa en sangre: Al hacer ejercicio, el cuerpo utiliza la glucosa como fuente de energía, lo que contribuye a la disminución de los niveles de glucosa en sangre, especialmente después de las comidas.
Control del peso corporal: El ejercicio regular, especialmente el aeróbico y el de resistencia, ayuda a controlar el peso, lo que es esencial para las personas con diabetes tipo 2, ya que la obesidad es uno de los principales factores de riesgo.
Mejora de la salud cardiovascular: La diabetes aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. El ejercicio, especialmente el aeróbico, contribuye a mejorar la salud del corazón, reduciendo la presión arterial, el colesterol y otros factores de riesgo.
Reducción del estrés y mejora del estado de ánimo: La actividad física es un excelente antídoto contra el estrés y la ansiedad, problemas comunes entre las personas con diabetes, que pueden afectar negativamente el control glucémico.
Recomendaciones de ejercicio para personas con diabetes
Desde el Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Diabetes recomiendan que las personas con diabetes realicen al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana, distribuidos a lo largo de varios días. Este ejercicio puede incluir caminatas rápidas, ciclismo, natación, o actividades como el yoga, que también benefician el control emocional.
Es importante destacar que el tipo de ejercicio debe ser adaptado a las condiciones y capacidades físicas de cada persona, especialmente si existen complicaciones derivadas de la diabetes, como problemas en los pies o en la vista. Por ello, siempre se debe contar con la supervisión de un profesional de la salud antes de iniciar una rutina de ejercicios.
El deporte como prevención de la diabetes
Además de ser fundamental para el control de la enfermedad, el ejercicio también juega un papel crucial en la prevención de la diabetes tipo 2. La Fundación para la Diabetes destaca que una de cada tres personas con riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 puede evitar la aparición de la enfermedad mediante una combinación de ejercicio y una dieta saludable. Un estudio realizado por la Universidad de Alcalá demostró que, incluso con ejercicios suaves como caminar, es posible reducir significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En conclusión, en este Día Mundial de la Diabetes, es crucial recordar que el deporte y la actividad física son aliados esenciales en el manejo y prevención de la diabetes. Mantenerse activo es una forma efectiva de controlar la glucosa, prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Desde PAPEF Andalucía, alentamos a todos a incorporar hábitos saludables en su rutina diaria y a celebrar este día con un compromiso renovado hacia el bienestar físico y mental.
Fuentes:
Sociedad Española de Diabetes (SED)
Fundación para la Diabetes.
Asociación Americana de Diabetes
Universidad de Alcalá.
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